La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía denuncia la muerte de un interno en el Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Sevilla al quitarse la vida ahorcándose con la colcha de su cama. El cadáver fue hallado durante una de las rondas de vigilancia que se realizan en el centro. Ante estos hechos, la asociación estudia una posible demanda patrimonial por la falta de recursos y aplicación de protocolo de protección, que ha desencadenado en este terrible suceso.
La Delegación de Sevilla de la APDHA recuerda al Gobierno la responsabilidad de velar por la salud, la integridad y la vida de las personas presas, así como de dotar de medios suficientes para que hechos como este no se vuelvan a repetir. “No hablamos de un mero deber de control o de vigilancia, sino de la obligación específica de preservar la vida de las personas internas, en todo momento.”
Desde hace años, la APDHA lleva denunciando que las personas enfermas mentales siguen siendo las grandes olvidadas de la sociedad. Tras la desaparición de los manicomios en los años 80, los y las pacientes con enfermedad mental han ido engrosando las estadísticas penitenciarias, convirtiéndose las cárceles en nuevos “almacenes de enfermos mentales”.
Estas personas malviven hacinadas en los centros penitenciarios de forma indefensa, en un lugar que no les corresponde y que no está preparado para albergarlas. Dentro de prisión no existe un adecuado tratamiento ni se cuenta con personal suficiente, puesto que faltan la mitad de profesionales, como psiquiatras, celadores y auxiliares de enfermería.
En España solo existen dos hospitales psiquiátricos penitenciarios, uno en Sevilla y otro en Valencia. El Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Sevilla cuenta con 76 celdas y una ocupación media de 174 personas. La realidad es que hay celdas que deberían ocuparse por un solo enfermo, pero albergan hasta tres o cuatro camas.
Asimismo, la APDHA apunta que la mayoría de personas enfermas mentales ingresa en estos centros por orden judicial, ya que actualmente no existen alternativas suficientes al internamiento que posibiliten la integración en la sociedad.